León celebró su carnaval más tradicional y ancestral. Partiendo de la Avenida Saez de Miera, pasando ante la atenta mira de nuestro héroe Guzmán el Bueno, enfilaban por Ordoño II y calle Ancha hasta llegar a la Plaza Mayor.
A pesar de la fina lluvia que caía a esa hora la ciudad se volcó con a lo largo del recorrido con nuestros carnavales más autóctonos, aunque no en la plaza mayor que estaba un tanto desangelada. Una lluviosa y gélida noche de pura esencia e identidad leonesa.
Los que aguantamos la lluvia así como el frío pudimos ver entre otros el Antruejo de Velilla de la Reina uno de los más famosos y visitados de la provincia que constituye una de las ya muy escasas muestras del antruejo rural tradicional. Estuvieron con su Toro y con el Guirrio de blanco”. Los guirrios los portan los quintos, quienes fustigan a la gente en general y en particular a las mozas casaderas, a las que cogen y voltean, haciéndolas saltar por encima de las astas del toro, escenificando así un claro rito de fertilidad de la mujer. Los “guirrios” visten con calzones largos de lino o felpa, camiseta y enaguas blancas bordadas, un gran fajín (el “zurrungallo”), botas de media caña negras y cencerros que les cuelgan por la parte posterior de la cintura y que suenan ruidosamente cuando el guirrio corre y salta
Tras ellos estuvieron presentes también los Madamitos y Toros de Cimanes del Téjar (León) o los temidos Jurrus y Castrones de Alija del Infantado (León), representando la lucha entre los jefes de los Jurrus y de los Birrias dentro de un círculo de fuego y, tras el triunfo de los segundos, la quema del monigote del Jurru.
Carrizo de la Ribera estuvo representado con su Antruejo, uno de los carnavales más antiguos, originales y llamativos de todos los pueblos de León haciéndonos disfrutar con sus guirrios, toros, el Pellejo, la Gomia o la Tarara. ¡La tarara si o la tarara no…..! «Dice la Tarara que no tiene novio/y debajo de la cama tiene a San Antonio», «Tiene la Tarara un garbanzo en el culo/ acudid mocitos que ya está maduro», etc.
De Riaño bajaron los Antruejos Leoneses con sus zamarrones y su oso representando el desfile de la mojiganga, asustando al público con el ruido de sus cencerros y también de las Montañas de Omaña estuvieron en la fría noche leonesa los zafarrones llegados de Riello, que reindivicaron la despoblación que sufre la montaña.
Y de la Cabrera nos llegó la mascarada de invierno de la Cuesta. Los Campaneirus de la Cuesta se cubren los cuerpos con pieles o trapos viejos o mantarrones y van cubierta la cara con caretas o sacos con apariencia de lobos, zorros, osos y otros animales, o de cualquier cosa que pudiera asustar
Del otro lado de la frontera nos llegaron «los caretos» de Bragança. Los caretos representan imágenes diabólicas y misteriosas que desde tiempos inmemoriales desfilan por la calles de Bragança y este año por primera vez por las de León.
Fue un reencuentro con nuestras mas ancestrales tradiciones y pura identidad leonesa.
- Texto y fotografía: Martínezld