El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su resolución (A/RES/2994 (XXVII) del 15 de diciembre 1977. Se celebra desde 1974 el 5 de junio de cada año, fecha con la que se dio inicio a la Conferencia de Estocolmo en 1972.
El lema de esta edición es «La hora de la naturaleza», un lema con el que Naciones Unidas reclama a los ciudadanos que escuchen «los mensajes que nos manda el planeta».
«El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente nos recuerda que este es el año de la biodiversidad, que tenemos que pensar en la naturaleza, en todos esos ecosistemas, especies, espacios naturales que tanto nos gustan, que tanto decimos querer disfrutar y que tan poco cuidamos», ha resaltado la Vicepresidenta.
Ribera ha reconocido que la crisis provocada por el COVID-19 nos pone delante la oportunidad de actuar, de no repetir los errores del pasado y «buscar una salida, una recuperación, que no suponga una hipoteca adicional para el presente ni el futuro». En este sentido, la receta es clara: «Lograr una reconducción de nuestro modelo de desarrollo y de bienestar, pensando en las apuestas que debemos hacer a medio y largo plazo y aprovechando las tecnologías de las que ya disponemos».
La Vicepresidenta ha recordado que la pandemia ha obligado a posponer para 2021 «algunas de las citas ambientales más significativas de la comunidad internacional, base fundamental para lograr la cooperación en la respuesta a los grandes temas de la agenda global». Entre otras, la cumbre de la biodiversidad (COP15) o la de cambio climático (COP26). «Esto es coyuntural -ha señalado-. Lo importante es que ahora tenemos la oportunidad de aprovechar esa voluntad de recuperación para construir una sociedad distinta, un modelo económico diferente, un esquema en el que el respeto a los límites ambientales resulte fundamental».
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) trabaja para que la recuperación frente al COVID-19 afronte los grandes desafíos ambientales, y aproveche el potencial de modernización, generación de actividad económica y empleo de la transición hacia un modelo bajo en carbono.
En este sentido, España es el país con mayor biodiversidad de Europa y también es uno de los más afectados por el cambio climático, pero tiene un potencial enorme para liderar la revolución digital vinculada a las energías renovables y un capital natural que es garantía de generación de empleo.
Un marco por la recuperación y la reconstrucción
En poco más de cuatro meses desde que comenzó la Legislatura el Gobierno ha remitido a las Cortes el primer proyecto legislativo para que España alcance la neutralidad de emisiones no más tarde de 2050, en coherencia con el criterio científico y las demandas de la ciudadanía. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética sitúa a España en buena posición para aprovechar las oportunidades que abre la transición ecológica en términos de modernización de la economía, de una nueva reindustrialización, de generación de empleo y de atracción de inversiones, en un contexto de reactivación de la economía frente al COVID-19, al tiempo que nos alinea con el Pacto Verde europeo.
Además, el MITECO ha presentado el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 (PNACC), una herramienta para construir un país más seguro y menos vulnerable a los impactos y riesgos del cambio climático, porque tan importante es mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y alcanzar la neutralidad climática antes de mitad de siglo, como adaptarse a los impactos del clima que ya están aquí y los que están por venir.
Asimismo, esta misma semana el Gobierno ha aprobado la Estrategia Española de Economía Circular -«España Circular 2030»- y ha iniciado la tramitación del anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, dos elementos clave que sientan las bases para pasar del sistema actual de economía lineal, basado en un consumo desproporcionado de recursos y posterior desperdicio, a un sistema circular donde la clave sea reducir al máximo el ritmo al que creamos y desechamos productos, y aprovechar los materiales que ya no nos sirven. Asimismo, este anteproyecto recoge, por primera vez en la legislación española, limitaciones a los plásticos de un solo uso.
Este Marco de Economía Circular, junto a un real decreto que mejora la trazabilidad y el control de los traslados de residuos, es otra de las palancas para la recuperación económica tras la crisis sanitaria del COVID-19.
Grupo ASISA celebra el Día Mundial del Medio Ambiente plantando un árbol por cada día de confinamiento
Con este gesto, la compañía homenajea a la población española por la responsabilidad que ha demostrado frente a la COVID-19. Grupo ASISA mantiene un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la energía que consume en sus centros procede de fuentes renovables. Durante 2019, el Grupo ASISA redujo en un 76% las emisiones de gases de efecto invernadero gracias a su plan medio ambiental.
Madrid, 5 de junio de 2020.- El Grupo ASISA celebra el Día Mundial del Medio Ambiente de este año plantando un árbol por cada uno de los 58 días de confinamiento desde que se decretó el estado de alarma hasta que comenzó la desescalada. Con esta iniciativa, el Grupo ASISA quiere agradecer la responsabilidad demostrada por la población española durante la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y la colaboración que los ciudadanos, quedándose en casa, prestaron a los sanitarios que lucharon en primera fila contra la extensión de la pandemia.
Desde que comenzó la emergencia sanitaria, el Grupo ASISA, con sus profesionales sanitarios a la cabeza, ha colaborado con las autoridades para frenar al virus y ha atendido a más de 11.000 pacientes por coronavirus.
El Grupo ASISA realizará esta acción uniéndose a la iniciativa ‘Regala un árbol’ de la Fundación AMMA para reforestar distintos bosques de España. La compañía apoya a esta entidad sin ánimo de lucro desde 2018 y ya ha colaborado en la plantación de cerca de 200 árboles en zonas erosionadas de la sierra de Segovia.
Compromiso con la sostenibilidad
Esta iniciativa simbólica se enmarca en el plan de sostenibilidad desarrollado por el Grupo ASISA, que abarca distintas líneas estratégicas para minimizar sus emisiones y proteger el medio ambiente. Los hospitales y centros médicos del Grupo, así como sus servicios centrales, mantienen desde 2018 la certificación ISO 140001:2015 en gestión ambiental. Entre las medidas aplicadas en el marco de su apuesta por un uso responsable de los recursos, se encuentra el uso de energías 100% renovables: actualmente, el 99% de la energía eléctrica consumida en todo el Grupo ASISA procede de fuentes renovables. Así mismo, se ha sustituido el uso de combustibles fósiles en toda la red asistencial del Grupo HLA por otros menos contaminantes, como son el gas natural (que supone el 82% del consumo total de combustibles) o el gas propano.
Gracias a estas iniciativas, el Grupo ASISA ha conseguido reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 76% durante 2019. Esta disminución equivale al ahorro de la emisión de 6.800 toneladas de CO2, lo que habría supuesto un coste social de aproximadamente 1,34 millones de euros si se hubieran emitido, según el cálculo elaborado de acuerdo con las conclusiones de un estudio de la Universidad de Stanford que se publicó en Nature Climate Change[1] y que estimaba el coste social en 220 dólares por tonelada de carbono emitida.
Igualmente, el Grupo ASISA ha impulsado otras medidas con impacto medioambiental directo, como el teletrabajo, que contribuye a reducir la cantidad de CO2 emitida a la atmósfera al evitar desplazamientos, favorece la reducción del consumo de recursos naturales en los edificios, como agua, electricidad o papel, y disminuye la cantidad de residuos generados. En este sentido, para impulsar la reducción del consumo de recursos naturales se han puesto en marcha otras iniciativas, como el proyecto “0 papel” en las oficinas centrales de la compañía y en toda la red de clínicas dentales de ASISA Dental. Esta acción está encuadrada en el proyecto de digitalización que la compañía puso en marcha hace más 3 años en todos sus centros de trabajo, promoviendo la digitalización de sus actividades y fomentando el desarrollo tecnológico para mejorar el servicio a sus grupos de interés a través de distintas plataformas, como aplicaciones móviles o portales digitales.
Otras medidas implantadas van encaminadas a la sustitución del plástico por otros materiales menos contaminantes. Así, las botellas de plástico se han sustituido por tetrabiks en las máquinas expendedoras, los vasos de plástico se han cambiado por otros de cartón reciclable y los kits de aseo que se entregan en los hospitales así como la cubertería de las cafeterías están fabricados con material biodegradable.
Además, durante 2020 se están llevando a cabo las auditorías energéticas en todos los edificios de la red asistencial del Grupo con el propósito de implantar medidas para que los edificios sean cada vez más eficientes energéticamente. Un ejemplo de la apuesta de la compañía por los edificios sostenibles es el nuevo centro médico que se abrirá en Barcelona que contará con la calificación energética A, la más eficiente, y una fachada vegetal cuyo uso en construcción tiene un doble efecto positivo: por un lado, ayudará a mantener la temperatura interna con menor necesidad de sistemas de climatización y, por otro, compensará hasta un 20% la emisión de CO2 del edificio gracias al efecto de la fotosíntesis realizada por las plantas de la fachada
Castilla y León cuenta con 746.411 hectáreas de monte con Certificado de Gestión Forestal Sostenible y mantiene su liderazgo con el 32,5 % de la superficie de España
El sistema PEFC, que certifica anualmente la Gestión Forestal Sostenible en Castilla y León, ha celebrado la pasada semana su auditoría anual, centrada en esta ocasión en las provincias de León y Zamora. El resultado ha sido favorable, lo que permite sacar al mercado productos con el sello PEFC, que garantiza a los consumidores la procedencia de bosques gestionados con criterios de sostenibilidad. El examen se ha desarrollado este año con medios telemáticos como consecuencia de la declaración del estado de alarma por la COVID-19.
Castilla y León | 5 de junio de 2020. La auditoría acredita que hasta el año que viene los montes de Castilla y León adheridos a este sistema de carácter voluntario podrán beneficiarse de que sus productos salgan al mercado con el sello PEFC, que garantiza a los consumidores que los productos que consumen proceden de bosques cuya gestión es respetuosa con los valores de conservación y mejora de los mismos, de forma que se asegura su persistencia para las generaciones venideras.
El sello PEFC ha evaluado la gestión forestal que se lleva a cabo en cuatro Unidades de Gestión Forestal, dos en cada provincia. Además de otros montes de menor relevancia, en Zamora se ha analizado un Grupo Ordenado de Montes con gran extensión superficial (4.501,91 hectáreas), y en León, un monte emblemático también de gran dimensión, el Valdesamario, con 4.955,31 hectáreas.
El examen se ha desarrollado este año con medios telemáticos como consecuencia de la declaración del estado de alarma por la COVID-19 y con el empleo de las nuevas tecnologías, con la sustitución de las visitas de campo por el uso de herramientas de Sistemas de Información Geográfica e información gráfica y digital reciente de las Unidades de Gestión Forestal, lo que ha permitido constatar que se lleva a cabo una gestión en los montes de Castilla y León muy acorde con los avances tecnológicos existentes en la actualidad.
Hasta el año que viene, en que se realizará una auditoría de revisión, se van a poder beneficiar de este sello de calidad en la gestión 746.411,12 hectáreas de montes en Castilla y León, que representan el 25 % de la superficie forestal arbolada total de la Comunidad (2.982.318 hectáreas), justo el doble de la media nacional, que se sitúa en el 12,5 %, y el 80,5 % de la superficie ordenada total existente en Castilla y León (927.441 hectáreas).
La Comunidad sigue siendo la autonomía que más superficie aporta a la certificación forestal por el sistema PEFC a escala nacional, siendo su aportación el 32,5 % del total de la superficie PEFC certificada en España (2.299.352 hectáreas).
En torno al 93 % de la superficie certificada es aportada por los montes gestionados directamente por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente (montes de utilidad pública y consorciados) y el resto, el 7 % de la superficie certificada, es aportada por otros propietarios, tanto de titularidad pública como privada. Del conjunto de montes gestionados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, más del 50 % de la superficie arbolada se encuentra certificada.
La certificación forestal, garantía de explotación sostenible
La certificación de la gestión forestal es un proceso que se inició en España a principios de este siglo, haciendo una primera tentativa Castilla y León de adherirse a este sistema en el año 2004, para posteriormente, a partir del año 2007, seguir en un proceso de evaluación continua que se mantiene hasta la fecha. La certificación de la gestión forestal sostenible es un proceso voluntario que requiere, para adherirse a él, que el monte esté sometido a un instrumento de planificación forestal aprobado por la administración competente y que se cumpla con los requisitos exigidos por el estándar de certificación en la gestión del monte.
En Castilla y León, una parte de la superficie forestal ordenada, tanto pública como privada, y que, por tanto, cuenta con instrumento de planificación forestal, se ha acogido al sistema de certificación de Gestión Forestal Sostenible por el sistema PEFC, que garantiza que la gestión de esas superficies forestales se realiza con criterios de sostenibilidad, dando garantía a los consumidores finales que están usando productos que no proceden de bosques explotados más allá de sus límites biológicos.
Este reconocimiento se logra con la posibilidad de incorporar el logo del sello PEFC en todos los productos elaborados con los recursos procedentes de los montes certificados (madera, leñas, miel, aromáticas, etc.).
La Entidad Solicitante Regional es la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León (MIMCYL). Todos los años se hacen dos auditorías de certificación, una interna, promovida por la propia Entidad Solicitante Regional (MIMCYL), que este año afectó a las provincias de Valladolid y León, con resultado igualmente favorable, y otra externa, que la realiza otra tercera entidad que está acreditada para certificar por el sistema PEFC, y que es la que se ha realizado durante la semana pasada.
Día Internacional del Medio Ambiente se celebra con la presencia del oso en Sanabria
Para celebrar este 5 de junio de 2020 el Día Internacional del Medio Ambiente, Daniel Boyano Sotillo, miembro de Cryosanabria, lanza este artículo que conmemora la presencia de Oso en las comarcas de La Carballeda y Sanabria.
Presencia de oso en Sanabria y La Carballeda
He tenido la suerte de poder contemplar osos en libertad en los diferentes continentes de la Tierra, desde osos tibetanos, hasta osos de anteojos andinos, pasando por los grandes osos árticos. Así ahora, después de confirmar la presencia de entre 1 y 5 individuos de osos (Ursus arctos arctos) en Sanabria desde 2012 a 2020 quiero hacer un repaso de las citas históricas más destacadas de las últimas décadas en nuestra comarca y recordar que no se recomienda decir los lugares de avistamiento en fechas recientes para evitar daños directos, como la caza furtiva, o indirectos, mediante turistas cargados con sus cámaras de fotos entre otros. Estas recomendaciones de no decir lugares donde se hayan observado también hay que aplicarla para el resto de animales como el lobo, águilas…
Hasta la fecha los osos avistados podrían ser adultos en dispersión de la subpoblación cantábrica occidental, que cuenta con más 200 ejemplares.
Hay que recordar que el oso pardo ha permanecido siempre presente en las montañas sanabresas, de manera intermitente en el tiempo y espacio, por más que se haya insistido en que la desaparición del plantígrado se habría producido hacia mediados del siglo XIX, y sólo muy recientemente, se ha reconocido su presencia, de manera oficial.
Desde luego, los «colmeneiros», preciosas construcciones de piedra para proteger las colmenas de los osos, son memoria viva de esta realidad. Buen ejemplo de ello son los que se encuentran en la Fraga de la Osa, en el Concello de Lubián, el de San Ciprián de Sanabria, el de Cerdillo o el de Ribadelago.
Tanto los colmeneiros o curmeneirus, como los talameiros, cortinos y cortines han servido de protección para las colmenas de abejas instaladas por los paisanos y paisanas de Sanabria y La Carballeda a lo largo de la historia. La abundancia de estas construcciones en la comarca sanabresa indica la importancia de la miel y la cera dentro del mundo rural tradicional, además de la convivencia con animales silvestres como el oso. No hay que olvidar que los osos son animales omnívoros que se alimentan de grandes volúmenes de comida al día, entre sus alimentos está la miel y las larvas de las abejas de las colmenas. La cantidad que van a ser capaces de consumir, depende de la época del año y su lugar de distribución.
Para empezar por el hecho más reciente hay que destacar el individuo de oso avistado en la sierra de Segundera, en el norte de la Alta Sanabria durante 2020, así como el avistado y que también afectó a un colmenar en el límite sur de Alta Sanabria con Portugal durante el verano y otoño de 2019.
Otro avistamiento muy mediático del oso en Muelas de los Caballeros y Vega del Castillo, donde en 2013 se les consiguió fotografiar con el método de foto trampeo mientras se alimentaba en las colmenas de Isidro Bordel, paisano del pueblo. Se confirmaba así la presencia del oso pardo en la zona, considerado extinto por algunos desde principios del siglo XX en La Carballeda y Sanabria, donde las referencias sobre su probable presencia se basaban en testimonios orales de informadores locales.
En 2011, en un colmenar de Truchillas (límite Cabrera y Sanabria), ocurrió lo mismo que en Muelas. Una colmena apareció alterada. El apicultor, hizo guardia, hasta que se sorprendió cuando vio que se trataba de un oso. Además hace varias décadas, se contaba un episodio similar en San Ciprián de Sanabria, pueblo que también pertenece a la sierra de la Cabrera, exactamente en el paraje conocido como «la fraga del oso”.
Citas célebres publicadas que indican presencia de oso en Sanabria y La Carballeda en el siglo XX :
1913-1916: oso muerto en el bosque de tejos de Requejo (Sanabria). Fuente: Diario de Zamora.
1920: oso muerto en un colmenar de San Ciprián (Sanabria). Fuente: Boletín Informativo, Diputación de Zamora, número 24, año 1985: página 29.
1920-1921: oso muerto en Marrubio (La Cabrera). Fuente: El Oso Pardo en el Noroeste Peninsular, página 115.
1931-1936: oso muerto en las cercanías del pueblo orensano Riodolas (Casayo), límite con el municipio sanabrés de Porto. Fuente: Fauna Histórica de Maragatería y Cabrera.
1947-1949: oso muerto en La Cabrera, por el cura de La Baña. Fuente: El Oso Pardo en el Noroeste Peninsular, página 75. Límite con los municipios sanabreses de Trefacio, San Justo y Rosinos.
Del mismo modo Pascual Madoz, a mediados del siglo XIX, cita la especie en la zona en los siguientes lugares:
1º. Comarca de Sanabria: San Ciprián y Vega del Castillo.
2º. Provincia de León: Castrocontrigo, Morla, Marrubio, Llamas de Cabrera, sierra del Teleno, Manzanedo de Valdueza y El Acebo. Límite con los municipios sanabrés de Porto.
3º. Provincia de Ourense: Casayo, entre otras localidades. Límite con el municipio sanabrés de Porto.
La distribución de esta especie por Sanabria es una gran noticia para su conservación ya que el oso pardo (Ursus arctos arctos), mamífero catalogado ‘en peligro de extinción’ en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, presenta en la Península Ibérica dos poblaciones diferenciadas, la pirenaica, con unos 3 ejemplares, y la cantábrica, con unos 300 ejemplares.
Es probable que los individuos de osos vistos en Sanabria procedan de Los Montes Aquilanos, donde se especula con la presencia de parejas reproductoras, a escasos 20 km con la frontera sanabresa. A juzgar por los indicios detectados y por el tamaño de los ejemplares, pueden ser adultos en dispersión. Este comportamiento no es atípico, dado que algunos individuos han recorrido distancias importantes en la cornisa cantábrica, que parecen estar ligadas a momentos concretos de su ciclo biológico.
Esperemos que el oso se recupere con fuerza en nuestra comarca porque Sanabria y La Carballeda tienen condiciones ambientales ideales para la especie y, además, cuenta con escasa población humana, lo que permite un hábitat en buen estado para el oso como el valle de Tuela y Hermisende, la zona de Porto y Lubián, la sierra de la Velilla, etc., hábitats que el plantígrado visitó hasta los años 50 y 60, y ya en territorio portugués hemos de mencionar el enorme bosque de robles de la Sierra de Nogueira, de más de 8.000 hectáreas, el Parque Natural de Montesinho y los montes de la sierra da Coroa. Así la población de oso pardo tiene todo a favor para consolidarse en Sanabria, La Cabrera y Carballeda.
Fecha de inicio: 05-06-2020
Fecha fín: 05-06-2020