Versión clásica

I.E.S Ramiro II de La Robla (León)

Continuamos nuestro recorrido por los Centro Educativos de Salamanca, Zamora y León, siguiendo el rastro a aquellos que llevan el nombre de los Reyes Leoneses. Este mes nos vamos a La Robla, al IES Ramiro II.

Fotografía: Martínezld

Fotografía: Martínezld

El Instituto de Educación Secundaria Ramiro II está situado en La Robla, importante población de la Montaña Central Leonesa.

El centro recibe al alumnado de este municipio y de La Pola de Gordón, Villamanín, Carrocera y Soto y Amío, así como alumnos aislados de Murias de Paredes, Sena de Luna, Lorenzana y Matallana de Torío.

Todos estos municipios tienen una población cercana a los 12 000 habitantes. La villa de La Robla se encuentra situada a 25 km de la capital leonesa, comunicada con esta por medio de la N-630 y por la línea de ferrocarril León-Asturias.

La zona es eminentemente industrial aunque se conservan restos de actividad agraria, fundamentalmente ganadera. Destaca la presencia de minas de carbón, una importante industria cementera, una central térmica con dos grupos generadores, además de un incipiente polígono industrial. También es importante el sector servicios (comercio, hostelería, oficinas bancarias, etc.).

Quien era Ramiro II

Ramiro II de León, llamado el Grande (c. 898–León, enero de 951), fue rey de León (931-951). Tercer hijo de Ordoño II y Elvira Menéndez. Sus enemigos musulmanes lo llamaron El Diablo por su ferocidad y energía.

ramiro II

Fotografía: Martínezld

Hijo de Ordoño II, a la muerte de su padre, y tras ayudar a su hermano Alfonso a llegar al reinado (Alfonso IV de León) deponiendo a su primo Alfonso Froilaz, hijo de su tío Fruela II, se hizo con el dominio del norte de Portugal (926), al que añadió el de Galicia cuando murió su hermano Sancho en 929.

En 929 muere su hermano Sancho, y Ramiro es coronado como rey de Galicia en Zamora, ciudad que inmediatamente convierte en su capital.

Ramiro se hizo coronar en León, según la Nómina leonesa, el 6 de noviembre de 931. En 932, el nuevo rey se trasladó a Zamora con objeto de armar un gran ejército para socorrer a la ciudad de Toledo, que le había pedido ayuda contra Abderramán III. Sin embargo, por entonces Alfonso IV ya se había arrepentido de su renuncia al trono, por lo que se trasladó a León con sus partidarios para recuperar el poder. Enterado Ramiro II de tales movimientos por mensaje del obispo Oveco, a quien había encomendado el gobierno en su ausencia, marchó sobre León con sus tropas e hizo detener y encerrar en un calabozo a su hermano.

La situación fue aprovechada por su primo Alfonso Froilaz y sus hermanos, los hijos del rey Fruela II “El leproso”, para intentar acceder al poder. Sin embargo, el enérgico e inflexible Ramiro II contaba con el valioso auxilio del conde de Castilla, Fernán González, así como del rey navarro Sancho I Garcés. En pocos días dominó la situación y persiguió a sus enemigos hasta Oviedo, derrotándolos. Tras capturarlos, ordenó que les sacaran los ojos a todos, incluido a su hermano, y los confinaran en el monasterio de Ruiforco de Torío.

Una vez afianzado en el trono, Ramiro prosiguió el proceso de conquista territorial en el sur del reino. Comenzó conquistando la fortaleza omeya de Margerit, la actual Madrid, a mediados de 932, en su idea de liberar a Toledo. Pero ya ocupadas por al-Nasir, tiempo antes, las fortalezas de la margen derecha del Tajo, Ramiro solo pudo desmantelar las fortificaciones de Madrid y depredar sus tierras más próximas, de donde trajo numerosas gentes, mientras Abderramán entraba triunfalmente en Toledo el 2 de agosto.

Luchó activamente contra los musulmanes. Derrotó a las huestes del califa omeya Abderramán III en la batalla de Simancas (939).

Engrandeció la Corte con la creación del nuevo palacio real, la restauración del monasterio de San Claudio y la nueva implantación de los de San Marcelo y de San Salvador, contiguo al palacio real, todo ello bajo el patrocinio del monarca. Asimismo, se erigieron y dotaron convenientemente otros muchos monasterios en todo el territorio del reino.

En los últimos años de su reinado, Ramiro II tuvo que hacer frente a los afanes independentistas del condado de Castilla. Fernán González, que hasta entonces había sido la mano derecha del monarca, incurrió en la ira del soberano al violar la tregua con el Califato Omeya y hacer una incursión de saqueo.

Con tantas expediciones en contra, tan pertinazmente dirigidas hacia el núcleo del reino, Ramiro II hubo de concentrase en el Occidente de su reino, descuidando mucho las tierras castellanas, lo que fue aprovechado por Fernán González para recuperar todo lo perdido, y tanto recuperó que las relaciones no tuvieron otra opción que la de «mejorar», incluso hasta restituirle los viejos honores con el título de conde. El infante Sancho regresó a León y Assur Fernández volvió a su condado de Monzón.

Sobrevinieron unos años de relativa tranquilidad, únicamente salpicados por las continuas razzias musulmanas. En 950 el monarca leonés partió desde Zamora hacia su última aventura en tierras mahometanas, realizando una expedición de saqueo por el valle del Tajo, en la que derrotó una vez más a las tropas califales en Talavera de la Reina, matando según Sampiro a 12 000 musulmanes y apresando otros 7000, además de obtener un rico botín.

El rey de León, físicamente decaído, fue sustituido por su hijo, el futuro Ordoño III, quien prácticamente se hizo cargo de los asuntos del reino. Al regreso de un viaje a Oviedo se vio aquejado de una grave enfermedad, de la que no conseguiría recuperarse.

El último acto público de su vida fue su abdicación voluntaria en León, la tarde del día 5 de enero de 951, cuando el rey debía de contar unos 53 años. Creyéndose próximo a la muerte se hizo llevar a la San Salvador, contigua al palacio, y en presencia de todos se despojó de sus vestiduras y vertió sobre su cabeza la ceniza ritual, uniendo en el mismo acto la renuncia solemne al trono y la práctica de la penitencia pública in extremis, con la misma fórmula que en su día pronunciara San Isidoro de Sevilla.

Falleció ese mismo mes, reinando ya su hijo Ordoño III de León. Recibió sepultura en la Iglesia de San Salvador de Palat del Rey de la ciudad de León que formaba parte de un monasterio, hoy desaparecido, fundado durante el reinado de Ramiro II de León por su hija, la infanta Elvira Ramírez, que deseaba ser religiosa. En el mismo templo recibieron sepultura posteriormente los reyes Ordoño III de León y Sancho I de León.

Los restos mortales de los tres soberanos leoneses sepultados en la Iglesia de San Salvador de Palat del Rey fueron trasladados posteriormente a la Basílica de San Isidoro de León, donde fueron colocados en un rincón de una de las capillas del lado del Evangelio, donde también yacían los restos de otros reyes, como Alfonso IV de León, y no en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León.

Fuente y mas info:

http://iesramiroii.centros.educa.jcyl

https://es.wikipedia.org/wiki/Ramiro_II_de_Le%C3%B3n

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