“20 años de Educación de Calle en Zamora”: las imágenes que rompen estereotipos y muestran el “compromiso” de los más jóvenes

La exposición, que se inauguró esta tarde en la Biblioteca Pública del Estado y que permanecerá abierta hasta el 22 de agosto, reúne fotografías de las actividades conjuntas de Ayuntamiento, Cruz Roja y Menesianos

Los programas de Educación de Calle y Construyendo mi Futuro promovidos por el Ayuntamiento de Zamora junto con Cruz Roja de Zamora y el Centro Menesiano cumplen el 20 aniversario de su implantación en la ciudad y lo celebran con una exposición en la Biblioteca Pública del Estado, que contiene imágenes de actividades conjuntas de los tres organismos que giran en torno al teatro, la poesía, el baile y el arte urbanos o un Campeonato de fútbol sala. La muestra “EmpaParte” permanecerá abierta hasta el 22 de agosto. El Ayuntamiento de Zamora fomenta y apoya estas actividades como ejemplo de que educando en el ocio se pueden conseguir grandes resultados tanto de convivencia como de prevención, tal y como demuestra esta exposición.

Junto a las fotos de todas esas actividades conjuntas, este año se han colocado imágenes de 6 testimonios (2 por cada entidad) de jóvenes que han pasado por los proyectos de educación de calle y que son ejemplos de madurez y de desarrollo personal, demostrando que el trabajo realizado ha merecido la pena, como señalan cada uno de ellos con un texto que han escrito y que está colocado junto a su obra. En la sala de la Biblioteca los espectadores pueden acercarse a los testimonios de Kevin y su cambio de vida gracias a su esfuerzo y la ayuda que recibió; Yasmín, que aprendió a valorarse a sí misma y a ser una guerrera; Andrés, que gracias a estos programas encaminó sus estudios hacia lo que más le gustaba, la mecánica; Víctor, que confiesa que se deja llevar por el rumbo que marquen las brújulas que aparecen en su camino; Ahmed, que se sintió valorado y respetado como persona, cuando nunca se había sentido así; y Lorena, que recuerda las excursiones, la fiesta de cumpleaños sorpresa o las experiencias que compartió con compañeros y educadores en su recorrido por el Camino de Santiago.

Después de 20 años desde su implantación, la educación de calle de Zamora es ya un referente a nivel nacional, gracias al trabajo coordinado entre las tres entidades que intervienen en el programa. Según manifestó la concejala de Servicios Sociales, Inmaculada Lucas, la educación de calle se ha configurado en los últimos años «como una forma efectiva de transmitir valores de tolerancia y ayudar a los adolescentes que atraviesan por determinados problemas familiares, sociales o escolares». Con esta iniciativa, los educadores utilizan la calle como un recurso educativo, aprovechando los espacios abiertos en los que se desarrolla la socialización entre iguales para trabajar con ellos desde un enfoque de entretenimiento preventivo, fomentando el desarrollo integral de los adolescentes.

El director de Menesianos, Justino Santiago, suscribió las palabras de la concejala y destacó la labor desarrollada a lo largo de estos 20 años, además de poner en valor una exposición que muestra “todo lo vivido en un año” y que ha logrado “reunir a jóvenes y educadores en un ambiente festivo”. “Estas paredes recogen un compromiso”, añadió Santiago, que abogó por continuar con la colaboración con Cruz Roja y Ayuntamiento de Zamora como un valor referente de la ciudad de Zamora.

Por último, el presidente de Cruz Roja, José Manuel Barrio, resaltó la “buena armonía” entre las tres organizaciones colaboradoras, “ejemplo de la importancia de la colaboración institucional para crear sinergias”. Barrio aseguró que este tipo de iniciativas sirven también para dar a conocer a los ciudadanos “lo que estamos haciendo con la juventud”, al tiempo que se rompen “estereotipos y mitos” con los que etiquetamos a nuestros jóvenes.

Los programas de educación de calles van dirigido a chicos y chicas con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años con el objetivo de apoyar la integración social de los mismos, contribuyendo también a corregir conductas vinculadas a situaciones de riesgo como pueden ser el absentismo escolar, el contacto con sustancias adictivas, trabajando la motivación para conseguir su integración tanto académica, como familiar y social. Por los programas pasan unos 200 jóvenes al año.