Versión clásica

La Belle Époque y el tren Al Andalus: La Ruta del Norte

El Tren Al Andalus sube al norte en verano.  Presenta una nueva ruta por las ciudades monumentales del norte: el Itinerario Ibérico. Con salida desde Madrid o Zaragoza se recorre Segovia, Ávila, Salamanca, Burgos, la Sierra de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana, entre otros lugares. El itinerario incluye una visita a la típica bodega riojana con degustación de vinos y una visita a Pamplona. Un viaje diferente.

Al-andalus-49224_181018102012152244Pero el tren no se quiere quedar ahí. El Camino de Santiago es la otra novedad en la actual temporada. Vamos a promover una ruta con salida en Zaragoza que recorra la Rioja, Burgos y Atapuerca, Astorga, Vedra, Santiago de Compostela, Rias Bajas, Pontevedra, Vigo y A Coruña. Con visitas a basílicas, catedrales, monasterios, restaurantes y pazos. Otro viaje sin igual.

En cuanto al clásico itinerario que da nombre al tren,  arrancó el pasado mes de abril en Sevilla para continuar por Córdoba, Baeza, Úbeda, Granada, Ronda, Cádiz, Jérez y Sanlúcar de Barrameda. La ruta estará operativa desde el 8 de septiembre y  hasta el 3 de noviembre. Todos los detalles están aquí.

Coches salón y coches suite: joyas ferroviarias

El Tren Al Andalus se compone de cuatro coches salón y siete coches suite, y tiene una capacidad de 64 personas alojadas en sus treinta y dos suites. Ha sido restaurado manteniendo su esencia original y añadiéndole el confort de los más modernos trenes.

De estos coches, los cuatro salones son verdaderas joyas ferroviarias de los años veinte. Dos coches-restaurante, Alhambra y Gibralfaro; un coche-bar, Giralda; y un coche-salón de té, Medina Azahara, conforman las zonas comunes para los viajeros del más amplio y espacioso tren del mundo.

De los siete coches–suite, recientemente remodelados, cinco se construyeron en Francia a finales de la década de 1920, y originalmente fueron utilizados por la monarquía británica para sus desplazamientos vacacionales entre Calais y la Costa Azul. Su espíritu Belle Époque ha sido respetado en cuanto a estética y ambiente. Y por supuesto,  el descanso está garantizado ya que el tren permanece estacionado por las noches. En definitiva, un viaje que no se olvida.

Texto y fotos: http://blog.renfe.com

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